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jueves, 3 de marzo de 2011

La guerra de las bacrim en San Andrés

Panfletos amenazantes y asesinatos es lo que ha dejado en San Andrés el paso de las temidas bandas criminales, que encontraron en la isla una ruta fácil para el tráfico de estupefacientes. Sólo el año pasado, 24 de los escasos 70 mil habitantes que tiene la isla fueron asesinados. Una cifra alarmante si se tiene en cuenta que para 2008 sólo se presentaron cuatro atentados.

Y en los escasos tres meses que van del año ya han sido asesinadas cuatro personas. Dos de ellas, según estadísticas de la Policía, correspondientes a un ajuste de cuentas entre ‘Los Rastrojos’, al mando de alias Chiqui, y la banda ‘Los Paisas’, liderada por alias Palma, expolicía de la región, y alias El Mello.

Según el representante a la Cámara por San Andrés, Jack Housni, la desmovilización trajo consigo un nuevo grupo de criminales que tuvo que centrar nuevas rutas para el tráfico de drogas haciendo de la isla su nuevo centro de guerra. “Son grupos que se enfocan en recalcar su supremacía para controlar las rutas de transporte y comercialización de narcóticos”, manifiesta, y comenta que lo más triste de la situación ha sido el asesinato de un menor de edad que se metió por error en una riña entre los grupos delincuenciales.

Un eterno retorno en la historia colombiana, se diría, si se piensa en la actual situación del departamento de Córdoba, en la que participan los mismos grupos con los mismos propósitos. Sin embargo, pareciera ser que los ataques en la isla han sido un poco más intimidantes, ya que panfletos con mensajes amenazantes que van dirigidos no sólo a los grupos delincuenciales, sino también a civiles y jueces, se han ido repartiendo en diferentes casas, edificios y vías públicas de la isla, engendrando miedo en la población.

Como si fuera poco, la situación ha ido produciendo, según fuentes de la Policía Nacional, que ciudadanos no involucrados con las bandas envíen, a través de dicho medio, mensajes personales de odio. Así, explica la fuente de la Policía, cualquiera que tenga una riña o una diferencia de trasfondo político, puede ser objeto de un sufragio. Particularmente, las amenazas se dan en las empresas entre directivos y operarios, ya sea por despidos, llamados de atención o memorandos.

Sin embargo, más preocupantes aún son los índices de tráfico de droga en la isla. Sólo el año pasado se incautaron 260 kilos de cocaína provenientes de las ciudades de Medellín, Bogotá, Cali y Cartagena, sin contar los 893 kilos que nunca tocaron la isla por haber sido retenidos en diferentes aeropuertos de Colombia.

Por esta situación, y con el apoyo de la Cámara de Comercio, se organizó, a través de diferentes redes sociales, la marcha “Gimmi back mi San Andrés” (Dame devuelta a mi San Andrés), que busca, según Manjarrés, “recuperar el valor de vida para los habitantes y poder así seguir siendo el destino turístico de la paz”. La marcha tendrá lugar el próximo 4 de marzo. Sólo el tiempo dirá si el clamor ciudadano logra derrotar a los enemigos de la vida.




Daniella Sánchez Russo Elespectador.com

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