Una serie de hechos recientes hacen pensar que los Estados Unidos han iniciado un proceso de reorganización de sus fuerzas políticas y militares en America Latina con el fin de recuperar el terreno perdido en la última década, debido a la elección democrática de gobiernos populares y soberanos.
La principal estrategia de esta reorganización de fuerzas se centra en una satanización por todos los medios posibles del proceso revolucionario venezolano y sus aliados. El golpe de Estado en Honduras fue el primero de una serie de movimientos que buscan generar la desestabilización de aquellos regimenes legítimos que han manifestado abiertamente su rechazo a la política exterior norteamericana. No es casual que el más reciente argumento esgrimido por los golpistas hondureños para justificar lo injustificable, es que Honduras se estaba convirtiendo en una colonia venezolana. De lo que no hablan los golpistas, es de los beneficios (especialmente energéticos) que por vía de cooperación recibe Honduras por pertenecer a la Alternativa Bolivariana para las Américas. Precisamente Colombia aprobará la presencia de más militares norteamericanos (en la actualidad hay 1.600) en tres de sus bases aéreas. Y en momentos en que este tema generaba una fuerte controversia a nivel interno y regional, el gobierno de Colombia hacía público un video en el que el comandante militar de las Farc-Ep, Jorge Briceño, le manifiesta a sus combatientes que su organización entregó dinero (algunos dólares) a la campaña del entonces candidato a la presidencia del Ecuador, Rafael Correa. Lo extraño de dicho video, es que, el mismo, se encontraba en poder de las autoridades colombianas desde el mes de mayo, ¿por qué hacerlo público sólo hasta ahora? ¿Por qué no entregaron la totalidad del video?, hay que recordar que desde el ataque de las Fuerzas Armadas colombianas a un campamento de las Farc en territorio ecuatoriano, el gobierno de Uribe inició una agresiva campaña mediática tendiente a desacreditar al gobierno ecuatoriano y relacionarlo a toda costa con la guerrilla colombiana.
Esta semana el Departamento de Estado Americano manifestó que en la Guajira venezolana (frontera con Colombia), había presencia de células de la organización político-militar libanesa Hezbolá. Este anuncio coincidió con la caída en la ciudad de Cartagena, al norte de Colombia, de un avión militar israelí (noticia que no fue registrada por ningún medio colombiano), hay que recordar que Israel ha manifestado reiteradamente su “molestia y preocupación” por la cooperación comercial y energética que Venezuela sostiene con Irán, de hecho, ese es uno de los temas centrales en la agenda del canciller israelí quien se encuentra de visita por estos días en la región.
Todo indica que ante la imposibilidad de que algún país de la región (salvo el servil gobierno de Colombia, el mismo que recibió a una delegación de los golpistas hondureños y manifestó les manifestó su simpatía) declarara a las organizaciones guerrilleras colombianas como grupos terroristas (lo que justificaría una agresión directa contra Ecuador y Venezuela, en el marco de su lucha preventiva contra el terrorismo), han decidido ahora importar o inventar “terroristas” en la frontera colombo-venezolana. Estados Unidos sabe bien que Venezuela es el eslabón más fuerte de la cadena de nuevos gobiernos de izquierda (los reales) que han emergido en Latinoamérica para escribir soberanamente su propia historia.
Luis Fernando Trejos Rosero
La principal estrategia de esta reorganización de fuerzas se centra en una satanización por todos los medios posibles del proceso revolucionario venezolano y sus aliados. El golpe de Estado en Honduras fue el primero de una serie de movimientos que buscan generar la desestabilización de aquellos regimenes legítimos que han manifestado abiertamente su rechazo a la política exterior norteamericana. No es casual que el más reciente argumento esgrimido por los golpistas hondureños para justificar lo injustificable, es que Honduras se estaba convirtiendo en una colonia venezolana. De lo que no hablan los golpistas, es de los beneficios (especialmente energéticos) que por vía de cooperación recibe Honduras por pertenecer a la Alternativa Bolivariana para las Américas. Precisamente Colombia aprobará la presencia de más militares norteamericanos (en la actualidad hay 1.600) en tres de sus bases aéreas. Y en momentos en que este tema generaba una fuerte controversia a nivel interno y regional, el gobierno de Colombia hacía público un video en el que el comandante militar de las Farc-Ep, Jorge Briceño, le manifiesta a sus combatientes que su organización entregó dinero (algunos dólares) a la campaña del entonces candidato a la presidencia del Ecuador, Rafael Correa. Lo extraño de dicho video, es que, el mismo, se encontraba en poder de las autoridades colombianas desde el mes de mayo, ¿por qué hacerlo público sólo hasta ahora? ¿Por qué no entregaron la totalidad del video?, hay que recordar que desde el ataque de las Fuerzas Armadas colombianas a un campamento de las Farc en territorio ecuatoriano, el gobierno de Uribe inició una agresiva campaña mediática tendiente a desacreditar al gobierno ecuatoriano y relacionarlo a toda costa con la guerrilla colombiana.
Esta semana el Departamento de Estado Americano manifestó que en la Guajira venezolana (frontera con Colombia), había presencia de células de la organización político-militar libanesa Hezbolá. Este anuncio coincidió con la caída en la ciudad de Cartagena, al norte de Colombia, de un avión militar israelí (noticia que no fue registrada por ningún medio colombiano), hay que recordar que Israel ha manifestado reiteradamente su “molestia y preocupación” por la cooperación comercial y energética que Venezuela sostiene con Irán, de hecho, ese es uno de los temas centrales en la agenda del canciller israelí quien se encuentra de visita por estos días en la región.
Todo indica que ante la imposibilidad de que algún país de la región (salvo el servil gobierno de Colombia, el mismo que recibió a una delegación de los golpistas hondureños y manifestó les manifestó su simpatía) declarara a las organizaciones guerrilleras colombianas como grupos terroristas (lo que justificaría una agresión directa contra Ecuador y Venezuela, en el marco de su lucha preventiva contra el terrorismo), han decidido ahora importar o inventar “terroristas” en la frontera colombo-venezolana. Estados Unidos sabe bien que Venezuela es el eslabón más fuerte de la cadena de nuevos gobiernos de izquierda (los reales) que han emergido en Latinoamérica para escribir soberanamente su propia historia.
Luis Fernando Trejos Rosero
No hay comentarios:
Publicar un comentario