Este parece ser el último mal que padecemos los colombianos, unas incesantes ganas de marchar por todos aquellos temas que proponga directa e indirectamente el gobierno. Creer que la marcha del 20 de julio surgió de una propuesta espontánea de un ex-secuestrado es algo un poco ingenuo. Basta ver la logística y publicidad aportada por el gobierno en Colombia y por las embajadas y consulados en el exterior, sumado al impresionante cubrimiento de los medios masivos de comunicación, para confirmarlo.
No por criticar esta marcha estoy a favor del secuestro o de quienes lo practican, o no soy un buen colombiano, rechazo categóricamente la inclusión de civiles en la guerra. Pero cabría preguntarnos ¿sólo la guerrilla secuestra en Colombia? ¿Qué pasa con los desaparecidos forzados? Mi crítica radica en utilizar causas justas y legítimas para promover intereses de gobierno. ¿Por qué antes de rechazar los efectos de la guerra no marchamos contra las causas que la perpetúan? ¿Es la guerrilla el único actor armado generador de violencia en Colombia?
Es curioso ver el empeño del gobierno por terminar con la guerrilla, ¿pero por qué no hace lo mismo con el paramilitarismo? ¿Será por qué no quiere pisarse la cola? ¿Cómo avanza frente a la verdad, justicia y reparación la Ley de Justicia y Paz? ¿Quién esta detrás de las masacres ocurridas en Guaviare, Meta y Córdoba en lo corrido de este año? ¿Quién o quienes están tras la muerte de 28 sindicalistas este año? Discúlpenme los uribistas por mostrar las cifras y hechos de los que no les gusta enterarse, pero en Colombia suceden muchas cosas más de las que nos muestran los medios (especialmente RCN) y la paz no se conseguirá a través del odio, la exclusión y la estigmatización de los opositores y aquellos que no comparten las políticas gubernamentales.
Lo que yo propondría es que antes de marchar ciegamente por motivos coyunturales lo hagamos rechazando los problemas estructurales que generan la violencia que posibilita la existencia de las FARC, grupos como las AUC, bandas de narcotraficantes y de delincuentes comunes, que son los que ejecutan actos tan atroces como el secuestro.
Luis Fernando Trejos Rosero
No por criticar esta marcha estoy a favor del secuestro o de quienes lo practican, o no soy un buen colombiano, rechazo categóricamente la inclusión de civiles en la guerra. Pero cabría preguntarnos ¿sólo la guerrilla secuestra en Colombia? ¿Qué pasa con los desaparecidos forzados? Mi crítica radica en utilizar causas justas y legítimas para promover intereses de gobierno. ¿Por qué antes de rechazar los efectos de la guerra no marchamos contra las causas que la perpetúan? ¿Es la guerrilla el único actor armado generador de violencia en Colombia?
Es curioso ver el empeño del gobierno por terminar con la guerrilla, ¿pero por qué no hace lo mismo con el paramilitarismo? ¿Será por qué no quiere pisarse la cola? ¿Cómo avanza frente a la verdad, justicia y reparación la Ley de Justicia y Paz? ¿Quién esta detrás de las masacres ocurridas en Guaviare, Meta y Córdoba en lo corrido de este año? ¿Quién o quienes están tras la muerte de 28 sindicalistas este año? Discúlpenme los uribistas por mostrar las cifras y hechos de los que no les gusta enterarse, pero en Colombia suceden muchas cosas más de las que nos muestran los medios (especialmente RCN) y la paz no se conseguirá a través del odio, la exclusión y la estigmatización de los opositores y aquellos que no comparten las políticas gubernamentales.
Lo que yo propondría es que antes de marchar ciegamente por motivos coyunturales lo hagamos rechazando los problemas estructurales que generan la violencia que posibilita la existencia de las FARC, grupos como las AUC, bandas de narcotraficantes y de delincuentes comunes, que son los que ejecutan actos tan atroces como el secuestro.
Luis Fernando Trejos Rosero
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