En un momento de gran dificultad para el Polo Democrático por cuenta de los escándalos por las contrataciones del Distrito, la posible suspensión al alcalde Samuel Moreno y la división interna que ha llevado a retirarse del partido a varias de sus figuras políticas, como el ex candidato presidencial Gustavo Petro, la presidenta del partido de oposición, Clara López Obregón, habló con El Espectador y dio cuenta de la posición su colectividad sobre los escándalos y reveló su estrategia para las elecciones regionales del próximo año.
El 4 de febrero tienen la cumbre del Polo, ¿qué va a pasar ese día?
El primer punto del orden del día es la elección del presidente del partido y del secretario general, que está vacante. Estamos en esos procesos de generar acuerdos, porque la idea es ir con una posición que reúna un consenso. Hasta ahora el tema de la presidencia no ha sido central, sino el de las alianzas políticas con que vamos a ir a las elecciones de octubre. El tema es reafirmar el compromiso de quienes asistamos, para buscar acuerdos que nos permitan marchar unidos.
Si el tema de la presidencia no es central, ¿por qué no se la entregó a Petro?
Eso se discutió en su momento. Incluso tuve una larga conversación con Gustavo Petro. La verdad, Gustavo era el que no reunía el consenso, más que todo por esa actitud intempestiva y no consultada con el resto del partido de haberse reunido con Santos dos días después de las elecciones. Creo que ese fue un punto de quiebre que no permitió los visos de confianza para que él asumiera la presidencia del partido.
¿La reunión con Santos fue el tema de fondo de la ruptura?
No, porque Petro estaba en su derecho de reunirse con Santos o con quien quisiera. El tema es político y viene de mucho tiempo atrás. La unidad en la izquierda nunca ha sido fácil, por eso el experimento del Polo es emblemático. Reunir bajo un partido el grueso de las corrientes de la izquierda civilista del país es una faena importante, porque hay corrientes de distintos visos y lo que tenemos es un acuerdo de mínimos. Entonces el temas venía de atrás, porque Gustavo había tenido una relación tormentosa dentro del partido. Por ejemplo, en la etapa previa a la consulta, incluso se habían hecho concesiones, una reforma estatutaria para permitir que Gustavo permaneciera en el partido. Había una tensión que venía de tiempo atrás y lamento mucho que haya culminado con el retiro de Petro. Es un abandono de una causa que nosotros vemos con tristeza.
Hay quienes afirman que Petro le ha hecho mucho daño al partido, ¿Cuál es su posición frente a esa aseveración?
Todo dirigente suma y resta. Pienso que el Polo está atravesando una coyuntura a todas luces compleja y difícil. Aspiro a que en febrero podamos llegar a acuerdos que consoliden la unidad de la izquierda, pero no sólo de palabra, sino unidad de acción, y permitan organizar al partido para el reto de las elecciones de octubre.
¿Qué piensa de los Moreno Rojas?
Lo único que puede pensar cualquier ciudadano: hay que esperar a que los organismos de control culminen sus investigaciones. Lo que estamos viendo es una especie de linchamiento público y hay que esperar a que se cumpla el debido proceso. Veo que aquí la atención está concentrada en el caso de la 26, lo cual muestra un desequilibrio, tanto mediático como en los órganos de control. Fíjese que el caso de los Nule revienta en Bogotá porque la administración distrital exigió cumplimiento de un contrato, y cuando se empieza a afrontar el tema del incumplimiento, entonces todo se vuelve contra la Alcaldía de Bogotá y no se visibilizan los otros contratos de los Nule, como la doble calzada a Girardot. El alcalde Char sale elegido el mejor alcalde de Colombia y resulta que tuvo problemas que parecen no interesar a los órganos de control. Es por lo menos paradójico que el alcalde que tiene estudiando gratuitamente a 1’030.000 estudiantes en los grados de 1 al 12, resulta ser el peor alcalde de Colombia. Veo un desequilibrio.
¿Qué ha pasado con el estatuto de oposición?
Avanzamos bastante. Nos pusimos de acuerdo en una reunión con el Ministro del Interior y de Justicia e iniciamos en un proyecto de estatuto para presentar conjuntamente con el gobierno. Se estableció una comisión técnica que llegó a un texto común que no era del gusto del Polo, pero tampoco del Gobierno. Un término medio. El comité ejecutivo del Polo le hizo algunas glosas, con el fin de que el año entrante pudiéramos complementar con temas de grueso calibre, que son de reforma constitucional: el tema de la presencia de la oposición en el Consejo Electoral, un esquema de gabinete en la sombra y eventualmente la participación en los órganos de control, y al señor Ministro no le gustó el texto. Nos pidieron que no presentáramos nuestras exigencias, sino que nos contentáramos con un plus en la financiación. Estuvimos de acuerdo, pero después el Ministro dijo que no otra vez. El avance que hemos tenido es que el Ministro, previa consulta con el Presidente, aceptó que el partido de oposición tiene derecho al acceso a la Comisión de Relaciones Exteriores. Eso es un avance años luz. Porque es tratar de romper el viejo esquema de que los partidos de izquierda no son institucionales, pero creo que no es suficiente en tanto el estatuto de oposición debería garantizar los derechos de la oposición. Este país no está acostumbrado a la oposición y la gente todavía piensa que es algo subversivo. Entonces pensamos que el estatuto debe tener dientes y fines concretos.
¿Cuál es la apuesta del Polo para las elecciones?
Una de sus estrategias para el año entrante será la movilización y la articulación con todo el movimiento popular y las organizaciones sociales. Sectores afines a la defensa de la Constitución del 91 que enfrenten el proyecto de reforma constitucional que busca quitarles a los jueces la posibilidad de garantizar que sus fallos se hagan efectivos cuando impliquen gasto publico. Detrás de la sostenibilidad fiscal está es romperle la columna vertebral a la Constitución del 91, que es la efectividad de los derechos a través de la tutela, de los fallos de constitucionalidad, de las acciones populares. Porque para nadie es un secreto que los derechos cuestan, como dice un asesor del Gobierno, el tema es amarrarles las manos a los jueces cuando llegamos al tema de gasto público. La vemos como una contrarreforma a la Carta de 1991. Vamos a llevar ese como uno de los puntos programáticos centrales. Otros temas tendrán que ver con la contracción entre minería y medio ambiente, como en el caso de Santurbán, porque el nuevo estatuto minero es autista frente a los derechos de los campesinos, de los pequeños mineros, es más, es expropiatorio. Y desde luego los temas de los derechos fundamentales, que son las banderas del Polo. Ahí se van a buscar alianzas a nivel territorial con sectores políticos afines y desde luego con el criterio que siempre ha acompañado al Polo, de que en estas alianzas no cabrá nadie que esté involucrado en parapolítica y corruptela local.
¿Cómo se va a enfrentar el desprestigio que deja la administración en Bogotá?
A nosotros nos critican más por nuestras cualidades que por nuestros defectos. Vamos a visibilizar lo que ha sido la gran transformación social de Bogotá mientras ha sido del Polo. Han sido siete años que han demostrado que se puede hacer inversión social profunda sin poner en peligro las finanzas, que siguen siendo triple A.
¿Se está buscando que Carlos Gaviria sea el candidato a la Alcaldía de Bogotá?
Muchos de nosotros querríamos ver a Carlos como candidato, pero eso es una decisión que fuera de ser colectiva tiene que ver con las propias determinaciones de vida de él.
¿Las banderas sociales de las que habla les dan para mantener la Alcaldía de Bogotá?
A mí no me gustan los vaticinios tremendistas, creo que si logramos demostrar lo que hemos hecho en Bogotá nos va a ir bien, porque además de la concreción de los derechos en beneficios de los bogotanos, está andando un proyecto de ciudad que no se puede reversar. Un proyecto que ve los derechos como parte integral de su presupuesto. Que hace la realización de la Constitución como una política pública.
¿La renuncia de Patricia Lara al partido?
Ella renunció porque es muy cercana a Petro, a Navarro y a Lucho Garzón, y adujo el retiro de ellos como razón para irse.
¿A qué le apuntan en las siguientes elecciones?
A aumentar. A mantener en Bogotá nuestros concejales. Es una tarea dura, pero es nuestra meta. Buscamos ganar en los municipios pequeños. En la Costa hay muchos candidatos trabajando con la gente. Vamos a tener mucha coalición ciudadana, más que todo para alcaldías municipales. Y vamos a estar instrumentando alianzas con los partidos políticos en las que logremos hacer acuerdos programáticos. Todavía no tenemos alianzas, porque el 4 de febrero vamos a adoptar esa política. Se están moviendo conversaciones con sectores liberales, con los Verdes y con movimientos sociales.
Redacción Política Elespectador.com
El 4 de febrero tienen la cumbre del Polo, ¿qué va a pasar ese día?
El primer punto del orden del día es la elección del presidente del partido y del secretario general, que está vacante. Estamos en esos procesos de generar acuerdos, porque la idea es ir con una posición que reúna un consenso. Hasta ahora el tema de la presidencia no ha sido central, sino el de las alianzas políticas con que vamos a ir a las elecciones de octubre. El tema es reafirmar el compromiso de quienes asistamos, para buscar acuerdos que nos permitan marchar unidos.
Si el tema de la presidencia no es central, ¿por qué no se la entregó a Petro?
Eso se discutió en su momento. Incluso tuve una larga conversación con Gustavo Petro. La verdad, Gustavo era el que no reunía el consenso, más que todo por esa actitud intempestiva y no consultada con el resto del partido de haberse reunido con Santos dos días después de las elecciones. Creo que ese fue un punto de quiebre que no permitió los visos de confianza para que él asumiera la presidencia del partido.
¿La reunión con Santos fue el tema de fondo de la ruptura?
No, porque Petro estaba en su derecho de reunirse con Santos o con quien quisiera. El tema es político y viene de mucho tiempo atrás. La unidad en la izquierda nunca ha sido fácil, por eso el experimento del Polo es emblemático. Reunir bajo un partido el grueso de las corrientes de la izquierda civilista del país es una faena importante, porque hay corrientes de distintos visos y lo que tenemos es un acuerdo de mínimos. Entonces el temas venía de atrás, porque Gustavo había tenido una relación tormentosa dentro del partido. Por ejemplo, en la etapa previa a la consulta, incluso se habían hecho concesiones, una reforma estatutaria para permitir que Gustavo permaneciera en el partido. Había una tensión que venía de tiempo atrás y lamento mucho que haya culminado con el retiro de Petro. Es un abandono de una causa que nosotros vemos con tristeza.
Hay quienes afirman que Petro le ha hecho mucho daño al partido, ¿Cuál es su posición frente a esa aseveración?
Todo dirigente suma y resta. Pienso que el Polo está atravesando una coyuntura a todas luces compleja y difícil. Aspiro a que en febrero podamos llegar a acuerdos que consoliden la unidad de la izquierda, pero no sólo de palabra, sino unidad de acción, y permitan organizar al partido para el reto de las elecciones de octubre.
¿Qué piensa de los Moreno Rojas?
Lo único que puede pensar cualquier ciudadano: hay que esperar a que los organismos de control culminen sus investigaciones. Lo que estamos viendo es una especie de linchamiento público y hay que esperar a que se cumpla el debido proceso. Veo que aquí la atención está concentrada en el caso de la 26, lo cual muestra un desequilibrio, tanto mediático como en los órganos de control. Fíjese que el caso de los Nule revienta en Bogotá porque la administración distrital exigió cumplimiento de un contrato, y cuando se empieza a afrontar el tema del incumplimiento, entonces todo se vuelve contra la Alcaldía de Bogotá y no se visibilizan los otros contratos de los Nule, como la doble calzada a Girardot. El alcalde Char sale elegido el mejor alcalde de Colombia y resulta que tuvo problemas que parecen no interesar a los órganos de control. Es por lo menos paradójico que el alcalde que tiene estudiando gratuitamente a 1’030.000 estudiantes en los grados de 1 al 12, resulta ser el peor alcalde de Colombia. Veo un desequilibrio.
¿Qué ha pasado con el estatuto de oposición?
Avanzamos bastante. Nos pusimos de acuerdo en una reunión con el Ministro del Interior y de Justicia e iniciamos en un proyecto de estatuto para presentar conjuntamente con el gobierno. Se estableció una comisión técnica que llegó a un texto común que no era del gusto del Polo, pero tampoco del Gobierno. Un término medio. El comité ejecutivo del Polo le hizo algunas glosas, con el fin de que el año entrante pudiéramos complementar con temas de grueso calibre, que son de reforma constitucional: el tema de la presencia de la oposición en el Consejo Electoral, un esquema de gabinete en la sombra y eventualmente la participación en los órganos de control, y al señor Ministro no le gustó el texto. Nos pidieron que no presentáramos nuestras exigencias, sino que nos contentáramos con un plus en la financiación. Estuvimos de acuerdo, pero después el Ministro dijo que no otra vez. El avance que hemos tenido es que el Ministro, previa consulta con el Presidente, aceptó que el partido de oposición tiene derecho al acceso a la Comisión de Relaciones Exteriores. Eso es un avance años luz. Porque es tratar de romper el viejo esquema de que los partidos de izquierda no son institucionales, pero creo que no es suficiente en tanto el estatuto de oposición debería garantizar los derechos de la oposición. Este país no está acostumbrado a la oposición y la gente todavía piensa que es algo subversivo. Entonces pensamos que el estatuto debe tener dientes y fines concretos.
¿Cuál es la apuesta del Polo para las elecciones?
Una de sus estrategias para el año entrante será la movilización y la articulación con todo el movimiento popular y las organizaciones sociales. Sectores afines a la defensa de la Constitución del 91 que enfrenten el proyecto de reforma constitucional que busca quitarles a los jueces la posibilidad de garantizar que sus fallos se hagan efectivos cuando impliquen gasto publico. Detrás de la sostenibilidad fiscal está es romperle la columna vertebral a la Constitución del 91, que es la efectividad de los derechos a través de la tutela, de los fallos de constitucionalidad, de las acciones populares. Porque para nadie es un secreto que los derechos cuestan, como dice un asesor del Gobierno, el tema es amarrarles las manos a los jueces cuando llegamos al tema de gasto público. La vemos como una contrarreforma a la Carta de 1991. Vamos a llevar ese como uno de los puntos programáticos centrales. Otros temas tendrán que ver con la contracción entre minería y medio ambiente, como en el caso de Santurbán, porque el nuevo estatuto minero es autista frente a los derechos de los campesinos, de los pequeños mineros, es más, es expropiatorio. Y desde luego los temas de los derechos fundamentales, que son las banderas del Polo. Ahí se van a buscar alianzas a nivel territorial con sectores políticos afines y desde luego con el criterio que siempre ha acompañado al Polo, de que en estas alianzas no cabrá nadie que esté involucrado en parapolítica y corruptela local.
¿Cómo se va a enfrentar el desprestigio que deja la administración en Bogotá?
A nosotros nos critican más por nuestras cualidades que por nuestros defectos. Vamos a visibilizar lo que ha sido la gran transformación social de Bogotá mientras ha sido del Polo. Han sido siete años que han demostrado que se puede hacer inversión social profunda sin poner en peligro las finanzas, que siguen siendo triple A.
¿Se está buscando que Carlos Gaviria sea el candidato a la Alcaldía de Bogotá?
Muchos de nosotros querríamos ver a Carlos como candidato, pero eso es una decisión que fuera de ser colectiva tiene que ver con las propias determinaciones de vida de él.
¿Las banderas sociales de las que habla les dan para mantener la Alcaldía de Bogotá?
A mí no me gustan los vaticinios tremendistas, creo que si logramos demostrar lo que hemos hecho en Bogotá nos va a ir bien, porque además de la concreción de los derechos en beneficios de los bogotanos, está andando un proyecto de ciudad que no se puede reversar. Un proyecto que ve los derechos como parte integral de su presupuesto. Que hace la realización de la Constitución como una política pública.
¿La renuncia de Patricia Lara al partido?
Ella renunció porque es muy cercana a Petro, a Navarro y a Lucho Garzón, y adujo el retiro de ellos como razón para irse.
¿A qué le apuntan en las siguientes elecciones?
A aumentar. A mantener en Bogotá nuestros concejales. Es una tarea dura, pero es nuestra meta. Buscamos ganar en los municipios pequeños. En la Costa hay muchos candidatos trabajando con la gente. Vamos a tener mucha coalición ciudadana, más que todo para alcaldías municipales. Y vamos a estar instrumentando alianzas con los partidos políticos en las que logremos hacer acuerdos programáticos. Todavía no tenemos alianzas, porque el 4 de febrero vamos a adoptar esa política. Se están moviendo conversaciones con sectores liberales, con los Verdes y con movimientos sociales.
Redacción Política Elespectador.com
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