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viernes, 17 de diciembre de 2010

Las cifras del conflicto en el 2010

Las cifras puras y duras de la confrontación del Estado con las fuerzas irregulares contrastan con la imagen que tiene el país de un triunfo sin atenuantes de la política de seguridad democrática. Las bajas de la Fuerza Pública, entre muertos y heridos, en el año 2010, pueden llegar a 2.500. Hasta el mes de octubre se situaban en 2.076.

Serán superiores a las 2.236 del 2002, cuando se rompieron las negociaciones de paz y empezó la gran ofensiva contra la guerrilla. También al 2009, año en el que fueron dados de baja 2.320 miembros de las fuerzas militares y de policía. Después de ocho años de gran acción punitiva contra la violencia, es más grande el desangre de las Fuerzas Armadas.

Pero esta no es la situación más preocupante. El homicidio ha vuelto a crecer en todo el país desde el 2008. En las ciudades de más de 500.000 habitantes la situación es particularmente crítica. Medellín, que llegó a estar en una tasa de 36,8 homicidios por cien mil habitantes en el 2007, ahora está por encima de 90 homicidios por cien mil habitantes. Bogotá ha incrementado en cuatro puntos su tasa de homicidios y Cali en más de veinte puntos.

Es el escrutinio que ha hecho la Corporación Nuevo Arco Iris de los datos oficiales del Ministerio de Defensa, de la Policía Nacional y de Medicina Legal. Los investigadores de Arco Iris han hecho además un intenso trabajo de campo en distintas ciudades y regiones del país para buscar una explicación a los nuevos fenómenos de violencia.

Han constatado la gran derrota que a lo largo de estos años ha sufrido el Bloque Oriental de las Farc y el desmantelamiento, fragmentación y desmoralización en que han quedado los frentes de este bloque después de la muerte del 'Mono Jojoy'. Las grandes unidades militares de 'Jojoy' y su pretensión de saltar a la guerra de posiciones y de ejercer férreo control sobre los territorios orientales han quedado en el pasado.

Otra situación se presenta en Nariño, Cauca, Valle del Cauca y sur del Chocó, donde opera el Comando Conjunto de Occidente. Y también en el sur del Tolima y en el norte del Huila, donde hace presencia el Comando Conjunto Central. Allí, las Farc están desplegando una gran actividad.

Mediante pequeñas unidades guerrilleras, un minado intensivo del territorio y un gran esfuerzo de construcción de redes sociales, alias 'Alfonso Cano' y alias 'Pablo Catatumbo' les están causando un gran dolor de cabeza a las fuerzas militares y a las autoridades locales. Son estas estructuras las principales responsables de que las Farc vuelvan a tener cerca de 1.800 acciones en el 2010.

En el lado urbano, el "narcomenudeo" empieza a jalonar y a articular la criminalidad y es el principal causante del crecimiento del homicidio. Los neoparamilitares y los narcotraficantes han decidido darles un gran impulso al tráfico y al consumo interno de drogas para compensar la pérdida de mercados internacionales.
Las redes que operan el "narcomenudeo" sirven además para ejercer control sobre la extorsión, la prostitución, la venta de armas y los juegos de azar.

En el esfuerzo por controlar zonas de cultivo y rutas de acceso a las ciudades y en la lucha por dominar las "ollas" de expendido y consumo urbano, se están gestando nuevas alianzas entre grupos criminales, en una dinámica que tiene algún parecido con el proceso que en el pasado dio vida a los carteles y a los paramilitares.

El ex presidente Uribe ha vuelto a descalificar el informe de Arco Iris. Pero el objetivo de la Corporación no es abrir una polémica con el gobierno anterior. El propósito es sugerirle al nuevo gobierno cambios en la política de seguridad democrática para hacer frente a los retos criminales de la ciudad y a las variaciones del conflicto rural.

León Valencia
lvalencia@nuevoarcoiris.org.co

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