La escena de la marcha en Anorí (norte de Antioquia), que se realizó hace tres semanas, en la que 5.500 campesinos presionados por la guerrilla pidieron que los aviones de la Policía no regaran más glifosato en sus veredas para erradicar coca, se repite en Tarazá.
Agitando la misma consigna, hasta la zona urbana de este municipio limítrofe con Anorí, desde el sábado han arribado entre 1.500 y 2.000 labriegos, según informó el alcalde Yuan Pablo Restrepo quien esperaba la llegada de dos buses escalera más con labriegos de veredas lejanas.
El comandante del Distrito Especial de la Policía en el Bajo Cauca, coronel Miguel Moncaleano Gómez, denunció que en el corregimiento Santa Rita, a 12 horas de la cabecera de Ituango, la guerrilla obligó a 135 estudiantes y a 15 profesores a unirse al éxodo para apoyar la protesta.
"Lo que han manifestado es que la persona que emitió el mensaje, para que se desplazara toda la población excepto los niños menores de diez años y las embarazadas, es alias 'el negro Tomás'", dijo Moncaleano.
Mediante un comunicado, los líderes del movimiento piden el cese inmediato de la aspersión en el Bajo Cauca y el Nudo de Paramillo, la indemnización de los campesinos a los cuales, dicen, los aviones les han dañado sus huertas de pan coger y la inversión en proyectos de sustitución.
El secretario de Gobierno de Antioquia, Andrés Julián Rendón, fue enfático en que el Gobierno departamental no se sentará en ninguna mesa.
"Qué va a negociar uno cuando piden que no se asperje. Mientras haya coca habrá erradicación manual y cuando hay mucha mina (antipersona) habrá aspersión", enfatizó.
En esa localidad, en el 2008 se presentaron cuatro marchas campesinas con la misma pretensión y finalmente una comisión gubernamental facilitó el retorno tras prometer la inclusión de los marchantes en proyectos económicos que involucraban la siembra de cacao, caucho, caña y café.
Lo curioso es que muchos de los participantes en la presente movilización hicieron parte del anterior movimiento.
Uno de los líderes de la protesta le dijo a EL TIEMPO que los programas no se desarrollaron de la manera que el Gobierno prometió y aceptó que cerca del 30 por ciento reincidieron con la coca.
No obstante, Rendón asegura que no se trata del fracaso de los programas de sustitución y erradicación, pues de casi 10 mil hectáreas que se contaban hace tres años, ya hay menos de la mitad.
Además, existen 9.500 familias vinculadas beneficiadas con el programa de Guardabosques, el mismo que no han dejado penetrar en los corregimientos El Guaimaro, La Caucana (de Tarazá) y Santa Rita, zonas principales que hoy protagonizan el desplazamiento.
Tanto Rendón como la Policía y el Ejército han coincidido en que la guerrilla y las bandas están presionando a los campesinos como una estrategia para defender las 4.554 hectáreas que aún hay en el Bajo Cauca y el nordeste antioqueño, donde hacen presencia los frentes 18 y 36 de las Farc, lo mismo que bandas criminales.
En las últimas horas y con el fin de facilitar contactos con los labriegos llegó a la zona una comisión de la Gobernación de Antioquia, encabezada por el Coordinador de Derechos Humanos del Departamento.
REDACCIÓN MEDELLÍN
Agitando la misma consigna, hasta la zona urbana de este municipio limítrofe con Anorí, desde el sábado han arribado entre 1.500 y 2.000 labriegos, según informó el alcalde Yuan Pablo Restrepo quien esperaba la llegada de dos buses escalera más con labriegos de veredas lejanas.
El comandante del Distrito Especial de la Policía en el Bajo Cauca, coronel Miguel Moncaleano Gómez, denunció que en el corregimiento Santa Rita, a 12 horas de la cabecera de Ituango, la guerrilla obligó a 135 estudiantes y a 15 profesores a unirse al éxodo para apoyar la protesta.
"Lo que han manifestado es que la persona que emitió el mensaje, para que se desplazara toda la población excepto los niños menores de diez años y las embarazadas, es alias 'el negro Tomás'", dijo Moncaleano.
Mediante un comunicado, los líderes del movimiento piden el cese inmediato de la aspersión en el Bajo Cauca y el Nudo de Paramillo, la indemnización de los campesinos a los cuales, dicen, los aviones les han dañado sus huertas de pan coger y la inversión en proyectos de sustitución.
El secretario de Gobierno de Antioquia, Andrés Julián Rendón, fue enfático en que el Gobierno departamental no se sentará en ninguna mesa.
"Qué va a negociar uno cuando piden que no se asperje. Mientras haya coca habrá erradicación manual y cuando hay mucha mina (antipersona) habrá aspersión", enfatizó.
En esa localidad, en el 2008 se presentaron cuatro marchas campesinas con la misma pretensión y finalmente una comisión gubernamental facilitó el retorno tras prometer la inclusión de los marchantes en proyectos económicos que involucraban la siembra de cacao, caucho, caña y café.
Lo curioso es que muchos de los participantes en la presente movilización hicieron parte del anterior movimiento.
Uno de los líderes de la protesta le dijo a EL TIEMPO que los programas no se desarrollaron de la manera que el Gobierno prometió y aceptó que cerca del 30 por ciento reincidieron con la coca.
No obstante, Rendón asegura que no se trata del fracaso de los programas de sustitución y erradicación, pues de casi 10 mil hectáreas que se contaban hace tres años, ya hay menos de la mitad.
Además, existen 9.500 familias vinculadas beneficiadas con el programa de Guardabosques, el mismo que no han dejado penetrar en los corregimientos El Guaimaro, La Caucana (de Tarazá) y Santa Rita, zonas principales que hoy protagonizan el desplazamiento.
Tanto Rendón como la Policía y el Ejército han coincidido en que la guerrilla y las bandas están presionando a los campesinos como una estrategia para defender las 4.554 hectáreas que aún hay en el Bajo Cauca y el nordeste antioqueño, donde hacen presencia los frentes 18 y 36 de las Farc, lo mismo que bandas criminales.
En las últimas horas y con el fin de facilitar contactos con los labriegos llegó a la zona una comisión de la Gobernación de Antioquia, encabezada por el Coordinador de Derechos Humanos del Departamento.
REDACCIÓN MEDELLÍN
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