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martes, 4 de enero de 2011

¿Y donde esta el cadáver?


Ante la noticia de la “supuesta” muerte del narcotraficante y paramilitar Pedro Oliverio Guerrero, alias: “Cuchillo”, la semana pasada en los Llanos Orientales de Colombia. Cabe hacer las siguientes reflexiones.



1- Se ha vuelto un hecho curioso que la única prueba de “las supuestas muertes” de los jefes paramilitares que no se han sometido a a justicia colombiana (Fidel, Carlos[1] y Vicente Castaño) sean testimonios de subalternos o la simple exhibición pública de elementos de uso personal (cédulas, tarjetas, etc.), como la pistola de Cuchillo. Pero, nunca aparecen sus cadáveres.



2- Cosa distinta sucede con los cuerpos de los comandantes de las FARC-EP dados de baja en acciones de la Fuerza Pública en los últimos 3 años. Las grotescas imágenes difundidas a través de los medios de comunicación, de los cadáveres de Raúl Reyes[2], Iván Ríos[3] y Jorge Briceño (Mono Jojoy)[4], le dieron la vuelta al mundo, y el gobierno colombiano llegó a ofrecer una millonaria recompensa por informaciones que condujeran al lugar donde fue enterrado Manuel Marulanda (Tirofijo).



3- ¿Será que en el caso de los paramilitares no se muestran los cadáveres precisamente porque estos no existen? Es decir, están vivos, y como se ha venido especulando desde hace muchos años, el Estado colombiano sirve como intermediario entre los paramilitares y el Departamento de Estado, para el sometimiento a la justicia norteamericana de los paramilitares. Los cables de Wikileaks, confirmarían que la jurisdicción de los Estados Unidos está por encima de la jurisdicción y soberanía colombiana. El hecho de que el Estado colombiano no muestre los cuerpos sin vida de los jefes paramilitares y sí los de los comandantes guerrilleros, hace suponer dos situaciones:



La primera, es que efectivamente habría un trato diferenciado entre guerrilleros y paramilitares, que en Colombia sólo existe el terrorismo de izquierda, el de derecha no es tal, ya que al ser los paramilitares un organismo “paraestatal”, tendrían mucho en común con las élites políticas tradicionales, porque su objetivo no es la destrucción del Estado (como si lo es para la insurgencia), sino su copamiento e instrumentalización, todo cubierto con un manto contrainsurgente, de ahí su estrecha unidad de acción con políticos y militares en casi todo el territorio colombiano.



La segunda, es que el Estado colombiano contribuiría a la estructural impunidad presente en su sistema judicial, al renunciar a juzgar a los autores de graves violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, delitos imprescriptibles y sobre los cuales tiene jurisdicción la Corte Penal Internacional; y entregarlos a tribunales norteamericanos para que sean juzgados por narcotráfico, un delito común. En la generalidad de los casos, los imputados negocian el cumplimiento de una pena simbólica y su posterior inserción en la sociedad norteamericana como ciudadanos de bien, a cambio de la entrega de rutas de transporte de cocaína, la delación de narcos de poca monta y la entrega en efectivo de gran parte (no toda) de sus fortunas personales. Librándose así de responder en Colombia por crímenes atroces. De esta manera, el Estado colombiano niega a las victimas del paramilitarismo su derecho a la verdad, la justicia y la reparación.



Hasta que no se hagan públicas pruebas contundentes que demuestren efectivamente las muertes de los hermanos Castaño y de Pedro Oliverio Guerrero “Cuchillo”, es decir, imágenes de sus cadáveres, las hipótesis antes planteadas tienen legitimidad. Ojala que por el bien de la justicia, la institucionalidad y la sociedad colombiana, preguntas como ¿y donde esta el cadáver? fueran respondidas por las autoridades colombianas de manera pública.



Luis Fernando Trejos Rosero.

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[1] Es curioso que al día siguiente de la supuesta muerte de Carlos Castaño, su esposa fuera recogida por un avión con matricula estadounidense en Bogota y llevada con estatus de refugiada a los Estados Unidos.

[2]http://sites.google.com/site/colombiaantiterrorista/muerte_raul_reyes

[3] http://www.listindiario.com/las-mundiales/2008/3/13/51481/Mas-de-200-rebeldes-de-FARC-fueron-ejecutados-por-orden-de-jefe

[4] http://elpregonero-elpregonero.blogspot.com/2010/09/vea-como-llego-el-cadaver-del-mono.html





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